INDIGO DE SOUZA ANUNCIA SU NUEVO DISCO PRECIPICE
cdmx a 30 de abril de 2025 | artículo y fotos cortesia de Cobra Music Management | edición ana rodelo
Hoy, Indigo De Souza anuncia su nuevo álbum, Precipice, que saldrá el 25 de julio a través de Loma Vista Recordings. Creado junto a Elliott Kozel, músico que ha producido y colaborado con artistas como SZA, Yves Tumor y FINNEAS, el disco muestra a la prolífica y poética cantautora al borde de un precipicio creativo y espiritual, y dando un salto hacia adelante: tomando el control de recuerdos difíciles y emociones intensas con estallidos pop y una claridad diarística, encontrando una versión más fuerte de sí misma. “La vida se siente como estar siempre al borde de algo sin saber exactamente qué es ese algo,” dice De Souza. “La música me da formas de canalizar esa sensación. Formas de avanzar en nuevas direcciones”.
El sencillo principal, “Heartthrob”, ejemplifica la dualidad extática del álbum: una mordaz denuncia hacia quienes explotan y se aprovechan de la juventud, entregada con un resplandor panorámico de indie rock, mientras la voz de De Souza oscila entre el dolor y la furia.
Indigo De Souza sobre “Heartthrob”:
Escribí ‘Heartthrob’ como una manera de procesar algo que muchas veces es difícil de hablar: las formas dañinas en las que se han aprovechado de mí físicamente. ‘Heartthrob’ trata de canalizar la rabia y convertirla en algo poderoso y encarnado. Se trata de recuperar mi cuerpo y mi experiencia. Es un gran "que se jodan" para los abusadores del mundo. Un grito sarcástico y furioso por todos los cuerpos que han sido tocados de forma dañina.
Con su voz impactante y una honestidad profunda, la música de De Souza siempre ha resonado intensamente entre fans y críticos. Pero en Precipice ha transformado su habilidad secreta para componer pop en algo extraordinario: todas sus peculiaridades, combinadas con un sentido melódico agudo, ofrecen algo nuevo: un atractivo masivo. Pre-ordena Precipice aquí.
Indigo De Souza ganó notoriedad con su segundo álbum, Any Shape You Take, que recibió la distinción de “Best New Album” por parte de Pitchfork, quien escribió: “De Souza se entrega a desmoronarse, a experimentar tanto los sentimientos terribles como los hermosos. Incluso cuando está destrozada, hay algo extático en su forma de amar, su hambre por absorber todo lo que pueda de la vida”. El éxito de ese disco motivó a su anterior sello, Saddle Creek, a relanzar su álbum debut I Love My Mom.
En 2023 lanzó el sucesor producido por Alex Farrar, All of This Will End, con el exitoso sencillo “Younger And Dumber”, que The New York Times describió como “una balada desgarradora que se acumula línea a línea hasta estallar en un clímax conmovedor” y que le valió la distinción de “Best New Track” por Pitchfork, confirmando su talento natural para escribir grandes canciones pop. El crítico Ryan Dombal la describió como “una balada de poder genuino. Piensa en una reina del country-pop noventero como Faith Hill, pero con menor presupuesto y una mayor carga de tormento interno. La catarsis emocional tiene su precio, y De Souza no le teme: lanza un misil ardiente directo al corazón”.
Indigo De Souza tendrá fechas selectas en Estados Unidos este verano y se presentará en los festivales Pitchfork de Londres y París este otoño.
Precipice Tracklist
01. Be My Love
02. Crying Over Nothing
03. Crush
04. Not Afraid
05. Be Like The Water
06. Heartthrob
07. Dinner
08. Clean It Up
09. Heartbreaker
10. Pass It By
11. Precipice
Más sobre Precipice de Indigo De Souza
En la canción que da nombre al álbum, De Souza enfrenta la oscuridad que puede traer el cambio, y encuentra esperanza al rendirse: “Al llegar al precipicio / aferrándome a la vida / mirando al mundo / todo se ha oscurecido.” Ese tipo de atrevimiento emocional no es nuevo para De Souza. Su catálogo está lleno de una honestidad sin filtros y letras profundamente personales, como quedó claro recientemente en el doloroso y poderoso All of This Will End. “Siempre me siento al borde de algo horrible, o algo hermoso… algo que cambiará mi vida para bien o para mal”, reflexiona De Souza. En ese sentido, Precipice abre por completo el mundo de la artista. Como un nuevo reto, se lanzó a sesiones a ciegas en estudios de Los Ángeles, disfrutando del abanico de colaboradores y la oportunidad de enfocarse solo en la música. “Tenía muchas ganas de trabajar en algo más cercano al pop, así que cuando vine a LA, me aseguré de conocer gente que pudiera ayudarme a hacer eso realidad”, cuenta. “Quería hacer música que te llenara el corazón de euforia mientras bailas”.
Fue en esas sesiones donde conectó rápidamente con el productor Elliott Kozel. Juntos trabajaron en el tema “Not Afraid”, que marcó la pauta para el espíritu desafiante del álbum. “¿Cómo se ve cuando eres libre? / ¿Cuando eres auténtico? / Cuando sueltas, las personas que amas también son libres contigo,” canta. Esta canción también marcó el inicio de una colaboración larga e importante. “Elliott sabe crear espacio para que las canciones se revelen solas, y me sentí muy vista y respetada, tanto musical como personalmente,” añade. “Esa canción se volvió una brújula para lo que quería que fuera el álbum: canciones pop con significado y sentimiento, con letras que tocan lo más crudo de lo humano.”
Como todo gran pop, Precipice trasciende los picos de la atracción y los abismos del desamor. Pero fiel a su estilo particular, De Souza logra invertir y subvertir ambos, encontrando conexiones más que diferencias. El synthpop palpitante de “Crying Over Nothing” ejemplifica esos nuevos y brillantes picos, incluso cuando las letras digieren una pérdida inimaginable. La voz de De Souza se desliza sobre el ritmo tambaleante con un resplandor cálido que recuerda a los sintetizadores de los 80. “Hay dolores que te siguen sin importar a dónde vayas o cuánto intentes dejarlos atrás, dolores que vienen de memorias imborrables y amores imposibles de olvidar,” dice. “Esta canción es sobre esa persona que se fue. Ese sentimiento de estar acechada por la pérdida.”
Luego viene “Crush”, con aires de Robyn: una explosión de azúcar que recorre sutilmente la pista de baile. “Sube por aire / parece que juegas solitario / qué gusto ver tu cara / te extrañaba cuando estabas allá abajo,” canta, con una sonrisa cómplice que se cuela entre los versos. Una canción sobre el enamoramiento, “Crush” descansa sobre un beat sucio de pop y percusiones de Jonathan Smith con toques brillantes de sintetizador. “Recuerdo pensar que, así como a veces tengo que guiar a nuevas parejas sobre cómo darme placer, también tengo que ayudarlos a entender cómo cuidarme de formas que me hagan sentir bien y vista", cuenta De Souza, sonrojada.
Pero incluso los flechazos más intensos pueden romperse, y “Heartbreaker” fue escrita justo cuando la persona que inspiró “Crush” le rompió el corazón. Aunque su voz vuela por todo el álbum, aquí la entrega es simple y directa: “Cuando despierto, aún pensando que estás ahí / y todo regresa de golpe, estoy viviendo una pesadilla,” canta, acompañada de un piano desgarrado y guitarras espectrales. “Me terminaron, y volé a LA lo antes posible para ir al estudio en vez de quedarme en casa triste y reaccionando mal,” recuerda. “Mi corazón estaba empapado de un dolor venenoso, y agradezco profundamente haber tenido un espacio creativo para procesarlo.”
En el tema destacado “Be Like the Water”, casi puedes sentir las lágrimas cayendo sobre el micrófono. Pero no son de tristeza, sino de asombro: una canción sobre la posibilidad de vivir verdaderamente, siguiendo tu propio camino. “Se trata de ser valiente y proteger tu energía, seguir tu intuición,” dice De Souza. “Es un recordatorio de que siempre puedes seguir tu corazón y espíritu, pero también poner límites y elegir tu propio rumbo.” Para lograr esa profundidad espiritual, la producción de Kozel se mueve entre una mística mantrica y una calidez americana. Sintetizadores espectrales y campanitas se entrelazan como un dron de yoga, mientras un órgano brillante enmarca los versos. “No me voy a disculpar / y no voy a callar / soy temporal / soy una isla,” canta, adueñándose de sí misma y superando los dolores que recorren el álbum.
Hay momentos en la vida en los que el precipicio parece estar completamente fuera de nuestro control —como vivió De Souza a finales de 2024, cuando el huracán Helene arrasó con la costa este de Estados Unidos. Aunque su recién terminado álbum reflejaba la alegría del cambio, su casa inundada y pertenencias destruidas representaron el lado trágico de esa transformación. Cuando no estaba limpiando el desastre o ayudando a su comunidad, regresaba a la música como consuelo, y ya escribió otro álbum con canciones igual de deslumbrantes. Incluso cuando el vacío se ve más oscuro, De Souza salta sin miedo—y en Precipice vuela por territorios salvajes y desconocidos con los ojos bien abiertos, el corazón lleno y los dientes apretados, encontrando una nueva belleza aún más allá.