King Crimson a través de los sentidos

King Crimson a través de los sentidos

CDMX | 14 DE JULIO DEL 2017 | COBERTURA POR: JACQUELINE PONCE | FOTOS: CORTESÍA DE KING CRIMSON | 

“Disfruta el concierto con los ojos y oídos”, se escucha en una grabación previa a que salga King Crimson. Primero en español, después en inglés. Se anuncia que habrá un intermedio de 20 minutos y que al final se podrán tomar fotos en este concierto luego de no regresar a México durante 14 años como parte de su Radical Action Tour.

En el escenario, ya están todos los instrumentos. Las características tres baterías al frente. Teclados, dos guitarras, bajo, saxofones y stick al fondo. Algunas personas intentan sacar el celular para tomarse una selfie, pero las regañan los de seguridad.   Como buenos británicos salen al escenario puntualmente. La gente los recibe de pie y con aplausos. Ellos agradecen y toman sus posiciones.

Músicos virtuosos del rock progresivo que te hacen viajar a otras dimensiones con sus riffs de guitarra embriagadores. Lejos de ser un concierto, es una lección magistral de música. Prácticamente, un recital de músicos para músicos, ya que algunas personas gritan y el mismo público las calla.

Mel Collins arranca con su flauta, continúa los tres bateristas coordinados e inicia el universo de King Crimson. Sus notas son impecables, te abren portales para que dejes fluir las emociones y te olvides por un momento de la tecnología. Entre las butacas camina un señor robusto con barba blanca, si te ve con el celular en la mano, te apunta con una linterna y te pide que lo guardes.

A pesar de los años, estos músicos mantienen su esencia que ocasiona una introspección. El grupo ha tenido diversos cambios en su alineación, pero mantienen el nivel proyección. No necesitan ningún audiovisual para atraer a su público. Solamente sus instrumentos y las luces azules que los acompañan en el fondo para interpretar canciones que marcan las diferentes etapas de la agrupación británica: “Drumson Werning”, “Neurotica”, “Cirkus”, “Dawn Song”, “”Skirmish”, “Rupert”, “Hell Hounds”, “Red”, “Fallen Angel” y “Islands”.

En el público, algunos no pueden evitar seguir el ritmo de las baterías y con sus manos simulan como si tocaran el instrumento. Escuchar canciones como “Indiscipline”, “The construKction of light” es épico. Es casi imposible no mover la cabeza y no sentir las melodías. El público se emociona con las primeras notas de “Larks’ Tongues in Aspic”, “Interlude”, “Letters”, “Sailor’s Tale”, “Starless”, entre otras.

De colores azules en el fondo, al sonar “In the court of the Crimson King” las luces cambian a rojo. Con el cover de“Heroes”, homenaje al gran David Bowie, quien participó en la grabación de estudio de esta canción, poco a poco la gente abandona sus butacas para ponerse de pie y menear las caderas. Algunos alzan los brazos y levantan su vaso de cerveza. El público aplaude con “21st Century Schizoid Man” y los que traen su cabello largo agitan su melena.

Con casi 50 años de trayectoria musical, 13 álbumes de estudio, King Crimson es una banda que se caracteriza por sus cambiantes alineaciones, ya que han pasado 21 músicos. Robert Fripp, se ha mantenido desde los inicios de la banda y se le considera como la cabeza de este monstruo majestuoso: King Crimson.

Tony Levin, Gavin Harrison, Mel Collins, Bill Rieflin, Pat Mastelotto, Jakko Jakszyk y Jeremy Stacey forman parte de la banda. Juntos logran cautivar a la gente en el Teatro Metropólitan con tan bellas y perfectas melodías durante casi tres horas. Al finalizar el concierto, sin dudarlo, la gente saca su celular para tomarle algunas fotografías a la banda. Un recital elegante, una técnica bastante bien ejecutada y un respeto profundo por la esencia de la banda.  

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